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El plan de la Unión Europea (UE) de imponer un impuesto al combustible de aviación se ha topado con un obstáculo debido a que los 27 estados miembros del bloque no han logrado ponerse de acuerdo sobre los precios de los combustibles verdes y los combustibles fósiles.
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| Reabastecimiento de combustible en un vuelo en Francia Foto: RAUTERS |
Todavía hay muchos desacuerdos.
Los estados miembros de la UE están negociando una revisión de su sistema de impuestos a la energía, que no se ha ajustado desde 2003, para adecuarlo a los objetivos climáticos, incluido un impuesto al combustible de aviación. Sin embargo, dos años después de proponer por primera vez el proyecto de ley, la UE aún no ha llegado a un consenso sobre la idea. Los Estados miembros siguen divididos en una serie de cuestiones, incluida la imposición de aranceles a algunos combustibles que no están sujetos a ningún arancel o que sólo están sujetos a aranceles bajos.
Un funcionario diplomático de la UE dijo que es poco probable que el desacuerdo mencionado se resuelva entre ahora y fin de año. Mientras tanto, un portavoz de la Comisión Europea dijo que la reforma del impuesto energético eliminaría políticas de exención obsoletas. Según la propuesta de la UE, los impuestos mínimos sobre el combustible de aviación para vuelos dentro de Europa aumentarían gradualmente a lo largo de 10 años, mientras que el combustible de aviación sostenible estaría exento de impuestos durante 10 años para fomentar su uso. Sin embargo, algunos estados miembros de la UE no están de acuerdo con la medida, argumentando que imponer un impuesto al combustible de aviación podría conducir a precios más altos del combustible para los ciudadanos antes de las elecciones al Parlamento Europeo del próximo año.
La UE también propone impuestos mínimos más altos para combustibles contaminantes como la gasolina, y tasas más bajas para la electricidad y los combustibles sostenibles. Los partidarios de las propuestas de la UE dicen que los nuevos impuestos harían que el transporte con bajas emisiones de carbono, como los trenes eléctricos, fueran más competitivos en términos de costos que los vuelos con combustibles fósiles, al tiempo que proporcionarían a los gobiernos los ingresos para invertir en vehículos sustentables.
Aún no se ha encontrado ninguna solución óptima
Según el sistema de impuestos sobre el combustible de la UE, los estados miembros pueden imponer impuestos sobre el combustible para aviones a nivel nacional y entre estados miembros, lo que hace que los vuelos dentro de la UE sean relativamente baratos en comparación con otros modos. Sin embargo, sólo unos pocos miembros de la UE, como los Países Bajos y Alemania, implementaron impuestos al combustible para aviones comerciales en vuelos nacionales entre 2005 y 2011. Debido a complicaciones en la implementación y a los bajos ingresos, los Países Bajos suspendieron este impuesto sobre los vuelos comerciales nacionales en 2012.
La UE también aplica un sistema de comercio de emisiones (ETS), en el que las empresas pagan un precio fijo por cada tonelada de emisiones de carbono. Históricamente, las aerolíneas han recibido asignaciones que han reducido significativamente sus costos relacionados con el carbono. Como parte del ambicioso plan de la UE para reducir las emisiones de carbono en un 55% para 2030, se han presentado propuestas para reducir gradualmente estos derechos de emisión hasta llegar a cero en 2027.
En Canadá, las políticas de impuestos al combustible de aviación tienen algunas similitudes con las de la UE, y provincias como Alberta ofrecen exenciones fiscales para vuelos con destinos internacionales. Canadá también implementa impuestos indirectos adicionales sobre el combustible a través de la fijación de precios del carbono, similar al programa ETS de la UE, que fija un precio a las emisiones de carbono para incentivar la reducción de emisiones.
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