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Para mitigar el impacto del calor extremo prolongado, algunas ciudades de EE. UU. están implementando medidas de apoyo mediante el fortalecimiento de las conexiones entre los residentes y las autoridades locales.
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| Cómo se refresca un trabajador de la construcción en Washington DC |
En los últimos tiempos, la preparación para las olas de calor en las ciudades estadounidenses ha mejorado a medida que los pronósticos se han vuelto más precisos. La ciudad de Chicago ha ampliado su sistema de notificación de emergencia por mensajes de texto y correo electrónico y ha identificado a los residentes más vulnerables a quienes contactar durante las olas de calor. Chicago también realizó cambios inteligentes al implementar un plan de emergencia por calor, realizar exámenes de salud periódicos y crear centros de refrigeración. En la ciudad de Baltimore, está vigente el sistema de advertencia “Calor extremo – Código rojo”. Cuando se pronostique que el índice de calor sea de 40,5 grados centígrados o más, se emitirá una alerta y se iniciarán acciones como reforzar los servicios sociales en las comunidades más vulnerables. Algunas ciudades como Miami, Phoenix y Los Ángeles han designado funcionarios dedicados a lidiar con el calor.
El gobierno de Estados Unidos ha lanzado el sitio web interinstitucional Heat.gov, que proporciona una serie de herramientas útiles, como una guía sobre el índice de calor o el monitoreo y pronóstico de las condiciones de calor y sus impactos en la salud. Hay algunas sugerencias de que el gobierno debería establecer una agencia federal de respuesta al calor para monitorear las políticas desde su concepción hasta su finalización, así como desarrollar planes específicos para apoyar áreas que normalmente no enfrentan el calor, como el noroeste del Pacífico. A pesar de las mejoras significativas en el manejo del calor, los expertos en clima dicen que las nuevas medidas en Estados Unidos no son suficientes mientras el mundo continúa viendo récords de temperatura rotos y la desigualdad persiste para los más vulnerables.
Las ciudades deberían abordar este problema invirtiendo en el desarrollo sostenible y promoviendo soluciones ambientales. “Ninguna ciudad está realmente preparada para el peor escenario que temen algunos científicos del clima”, dijo el profesor Eric Klinenberg de la Universidad de Nueva York. Las olas de calor son responsables de más muertes que cualquier otro desastre climático en Estados Unidos. La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos estima que más de 1.300 personas mueren cada año a causa del calor en el país.
En todo el mundo, ciudades de muchos países han adoptado medidas para hacer frente al calor. Francia implementó un sistema de alerta de monitoreo de calor después de que una ola de calor prolongada en 2003 matara a 15.000 personas. Muchos de ellos son personas mayores que viven en apartamentos y casas de la ciudad sin aire acondicionado. Este sistema de alerta incluye anuncios públicos que instan a las personas a evitar la deshidratación. En junio pasado, Alemania lanzó una nueva campaña contra las muertes relacionadas con el calor, inspirada en la experiencia de Francia.
Después de que una grave ola de calor en la India en 2010 matara a más de 1.300 personas en Ahmedabad, los funcionarios de la ciudad planearon tomar medidas para crear conciencia entre los residentes locales y los trabajadores de la salud. Entre ellas se encuentra la iniciativa de pintar los techos de blanco para reflejar la luz del sol.
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