"Puedo asegurarles que los sucesos del 1 de diciembre de 2023 constituyen otro intento de golpe de Estado y quienes lo perpetraron deberán afrontar graves consecuencias", declaró el presidente Embalo a la prensa en Bisáu, la capital de Guinea-Bissau, el 2 de diciembre, tras regresar de Dubái, donde asistió a la conferencia climática COP28 de las Naciones Unidas.
Dijo que el "golpe de Estado" fallido le impidió regresar a casa antes, según AFP.
Presidente de Guinea-Bissau, Umaro Sissoco Embalo
El 30 de noviembre por la noche estallaron enfrentamientos entre la Guardia Nacional y las fuerzas especiales que protegían al presidente en Bissau, según AFP. Los disturbios continuaron el 1 de diciembre después de que la Guardia Nacional liberara a un ministro de la oposición que estaba detenido en una investigación por corrupción. Al menos dos personas murieron en los enfrentamientos.
En un comunicado emitido el 1 de diciembre, el ejército de Guinea-Bissau indicó que el orden se había restablecido esa tarde, tras anunciar la detención del coronel Victor Tchongo, comandante de la Guardia Nacional.
El 2 de diciembre, las tensiones en Bissau disminuyeron, pero los soldados permanecieron presentes en varios edificios estratégicos como el palacio presidencial, la sede de la policía judicial y varios ministerios.
Seis soldados resultaron heridos en los enfrentamientos y fueron trasladados al vecino Senegal, dijo un oficial militar anónimo.
Guinea-Bissau, una pequeña nación de África occidental, ha sufrido frecuentes golpes de Estado y disturbios desde que obtuvo su independencia de Portugal en 1974. Más recientemente, al menos seis personas murieron en un intento de derrocar a Embalo en febrero de 2022.
"El 1 de febrero de 2022 presenciamos una situación similar. Aún necesitamos poner fin a estos disturbios en Guinea-Bissau de una vez por todas", declaró el Sr. Embalo a la prensa el 2 de diciembre.
En los últimos años se han producido repetidos golpes de Estado en la región de África Occidental. Malí y Burkina Faso, dos países de África occidental que han estado bajo régimen militar desde los golpes de Estado de 2020 y 2022 respectivamente, se apresuraron a mostrar su apoyo a los líderes militares del vecino Níger cuando derrocaron al presidente democráticamente elegido Mohamed Bazoum en julio.
Los tres países han fortalecido sus relaciones post-golpe, avanzando hacia la formación de una "confederación" con el objetivo final de unirse en un solo estado federal.
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