A partir del análisis mencionado anteriormente (en la Parte 1) sobre las deficiencias y cuellos de botella del sistema tributario, la carga de "impuesto sobre impuesto", los altos costos de cumplimiento, etc., el Profesor, Dr. Hoang Van Cuong - ex Vicepresidente de la Universidad Nacional de Economía, Delegado de la Asamblea Nacional del 15º período, Miembro del Comité de Finanzas y Presupuesto de la Asamblea Nacional, dijo que es hora de una reforma tributaria integral, comenzando no desde los números, sino desde el pensamiento. Entonces, ¿qué debemos hacer?
El profesor Hoang Van Cuong propuso un modelo de tres capas, con los principios básicos de claridad, simplicidad y practicidad, incluyendo delimitación, simplificación y digitalización. Foto: VGP/Quang Thuong
Necesita una revisión importante tanto del hardware como del software.
¿Cómo sería un sistema tributario ideal? El profesor Hoang Van Cuong propuso un modelo de tres capas, con los principios básicos de claridad, simplicidad, facilidad de implementación, facilidad de seguimiento y supervisión, transparencia e idoneidad para la práctica, incluyendo delimitación, simplicidad y digitalización.
En primer lugar, los impuestos conductuales deben separarse de los impuestos arancelarios. Es necesario distinguir claramente qué impuestos se utilizan para limitar el comportamiento (impuesto especial al consumo, impuesto ambiental) y cuáles se utilizan para garantizar obligaciones cívicas (IVA, impuesto sobre la renta). Cada impuesto debe definir claramente sus objetivos y ámbito de aplicación, evitando superponer regulaciones sobre una misma materia.
En segundo lugar, un mecanismo de recaudación flexible: muchas opciones, un solo objetivo. Un impuesto puede tener muchas formas de calcularse para adaptarse a diferentes grupos de empresas. Por ejemplo, las pequeñas empresas pueden aplicar un impuesto global, mientras que las grandes empresas aplican una declaración detallada. El objetivo es optimizar los costos de cumplimiento, no “uniformizar” las prácticas de presentación de impuestos.
En tercer lugar, la digitalización radical: de la obligación a la utilidad. El profesor Cuong enfatizó que, si se hace correctamente, el sistema de tecnología tributaria no sólo será una herramienta de gestión, sino también una herramienta para ayudar a las empresas a gestionar. Por ejemplo, en Estonia, el 95% de las pequeñas empresas pueden pagar sus propios impuestos gracias a una plataforma digital integral, ahorrando millones de dólares en costos sociales cada año, afirmó.
En general, si consideramos los impuestos como los "vasos sanguíneos" de la economía, entonces los tres pilares mencionados son funciones circulatorias esenciales, que ayudan a que el sistema tributario se convierta verdaderamente en una fuerza impulsora del desarrollo, no en una carga. La pregunta es: en la práctica, ¿cuánto de esas expectativas ha cumplido nuestro sistema tributario?
GS. Hoang Van Cuong señaló que para reformar el sistema tributario, es necesario primero revisar la estructura y el funcionamiento actuales. Destacó que el sistema tributario está integrado por dos elementos principales: (1) los impuestos y el mecanismo para determinarlos; (2) el aparato para gestionar y ejecutar dichos impuestos.
La "gran cirugía" debe afectar simultáneamente tanto al "hardware" (políticas, impuestos) como al "software" (métodos operativos). Desde esa perspectiva, expone los principios básicos, los pilares que debe cumplir un sistema tributario moderno.
Según GS. Cuong, un sistema tributario eficaz debe garantizar tres funciones básicas.
En primer lugar, crear ingresos sostenibles para el presupuesto. La primera y más importante función de los impuestos es recaudar ingresos para el presupuesto estatal. En la tendencia general en el mundo, la proporción de ingresos presupuestarios basada en impuestos y tasas es cada vez mayor, por lo que el sistema tributario debe estar diseñado para nutrir fuentes de ingresos a largo plazo en lugar de explotar ingresos temporales.
En segundo lugar, garantizar la equidad económica y la regulación. Los impuestos deberían ser una herramienta macrorregulatoria que incentive las actividades eficientes y sancione las ineficientes. Las empresas o los contribuyentes que operan eficazmente se beneficiarán más, pero si operan mal, sufrirán ajustes desfavorables de la política fiscal. Gracias a ello, los impuestos crean un entorno competitivo justo, incentivando a las empresas a mejorar para un mejor desarrollo.
En tercer lugar, integrar las prácticas internacionales. Los sistemas tributarios modernos deben ser compatibles con los estándares internacionales, evitando convertir los impuestos en barreras comerciales en el contexto de la globalización. Armonizar los aranceles con las prácticas comunes ayudará a Vietnam a atraer inversiones y facilitar el comercio. Sin embargo, debemos aplicar esas prácticas de manera apropiada y creativa a las condiciones de Vietnam: el sistema tributario debe ser flexible según el nivel de desarrollo y los objetivos de cada etapa, en lugar de estar mecánicamente estereotipado.
Las empresas sólo prosperan cuando el sistema fiscal no las asfixia.
Comenzando con un cambio de mentalidad: simplificando y transformando digitalmente el sistema tributario
¿Cómo comienza una verdadera reforma fiscal con un cambio de mentalidad? Del caso del IVA, GS. Hoang Van Cuong cree que es necesario simplificar las regulaciones sobre facturas y documentos de entrada, es decir, reformar el proceso de deducción y devolución de impuestos y eliminar procedimientos innecesarios. Al mismo tiempo, es necesario mejorar la responsabilidad de los contribuyentes: las empresas deben declarar y asumir su propia responsabilidad; Si cometen fraude, serán severamente castigados, pero las autoridades fiscales también deben confiar más en la autoconciencia de las personas y las empresas.
Igualmente importante y una tendencia inevitable es promover la transformación digital en la gestión tributaria. Un moderno sistema de tecnología de la información permitirá que todas las transacciones relacionadas con impuestos se registren de forma instantánea.
Por ejemplo, cada monto de IVA que una empresa paga al ingresar el producto será inmediatamente registrado por el sistema como un gasto (en nombre de los consumidores) de esa empresa y cuando la empresa vende bienes, el IVA que recauda de los clientes se registrará simultáneamente como ingreso. La conciliación de los ingresos y gastos fiscales se realizará automáticamente, en lugar de tener que esperar a que las empresas presenten documentos y luego los funcionarios fiscales aprueben el reembolso, como es el caso actualmente.
La tecnología digital ayudará a eliminar por completo la necesidad de que las empresas "soliciten reembolsos de impuestos", poniendo fin a la situación tanto de pérdida fiscal como de dificultades para los contribuyentes. El profesor Dr. Hoang Van Cuong enfatizó que esta es " una tarea inevitable" para que el sistema tributario ya no cause "los problemas que causa hoy".
Se puede ver que el pensamiento operativo es la clave para la reforma del sistema tributario. De la historia del IVA se desprende el mensaje siguiente: cuando los directivos cambian su forma de pensar y de hacer, centrándose en la simplicidad, la transparencia y la equidad, los "vasos sanguíneos" fiscales circularán de forma saludable, nutriendo a toda la economía.
La revolución fiscal debe comenzar con una revolución en el pensamiento: sólo entonces tendremos un sistema fiscal verdaderamente moderno, justo e integrado que satisfaga las exigencias de la competitividad nacional en el nuevo período.
Un sistema tributario ideal no sólo alimenta el presupuesto, sino que también debe cumplir un papel regulador e incentivador, ajustando el comportamiento, redistribuyendo beneficios y estimulando la innovación, la inversión y la producción. Para ello es necesario reestructurar integralmente el sistema tributario –desde su concepción hasta su funcionamiento– hacia la equidad, la flexibilidad y la conformidad con los estándares internacionales.
Toda política fiscal debe responder con claridad: ¿qué fomenta y qué obstaculiza? Si se diseñan para que sean transparentes, razonables y fáciles de cumplir, las personas y las empresas estarán dispuestas a pagar impuestos y los impuestos se convertirán en una palanca para el desarrollo. "Las personas solo están dispuestas a pagar impuestos cuando ven equidad y transparencia. Las empresas solo se desarrollan cuando el sistema tributario no las asfixia", enfatizó el profesor Cuong.
La reforma fiscal no consiste en recaudar menos o más, sino en recaudar correctamente, en recaudar lo suficiente y en recaudar convenientemente. En ese momento, los impuestos no son sólo una herramienta fiscal, sino que son realmente la base para que un país se desarrolle de manera sostenible.
Hoang Thu Trang
Fuente: https://baochinhphu.vn/da-den-luc-can-cuoc-cai-cach-ve-thue-bai-2-dua-thue-thanh-don-bay-phat-trien-102250415101447065.htm
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