Elecciones EE.UU. 2024: Revancha en política económica: ¿los colores contrastantes del presidente Biden ganarán frente a Trump? (Fuente: Getty Images) |
Una encuesta de ABC News/Ipsos muestra que la economía es la principal preocupación de los votantes estadounidenses antes de la votación para elegir al próximo propietario de la Casa Blanca. ¿En qué se diferencian entonces sus planes para el futuro económico de Estados Unidos?
¿Cuál será el factor decisivo?
El expresidente Donald Trump derrotó a sus rivales republicanos en la carrera por la primera nominación republicana en 2024, preparando el escenario para una posible revancha con el actual presidente Joe Biden, el probable candidato demócrata.
La cuestión decisiva en la carrera entre Trump y el presidente Biden, según las encuestas recientes, sólo puede ser la "salud" de la economía estadounidense. Una encuesta de ABC News/Ipsos realizada en noviembre encontró que el 74% de los estadounidenses decían que la economía era muy importante para ellos, convirtiéndola en la principal preocupación de los votantes.
La campaña de ninguno de los candidatos respondió a las solicitudes de comentarios de los medios. Sin embargo, el actual presidente Biden y el expresidente Trump ahora tienen marcados contrastes en temas que afectan de cerca las finanzas de los estadounidenses, incluidos los impuestos, el empleo y el comercio.
Si durante su mandato, el presidente Biden ha buscado aumentar los impuestos a los ricos y a algunas grandes corporaciones, y ha enmarcado ese objetivo como un esfuerzo por lograr equidad en el código tributario. El expresidente Trump, por otro lado, parece dispuesto a mantener, o incluso revertir, esta política recortando los impuestos, lo que ve como un catalizador del crecimiento económico.
Donald Trump se ha comprometido a extender los recortes de impuestos convertidos en ley durante su primer mandato, cuando comiencen a eliminarse gradualmente en 2025. Stephen Moore, quien se desempeñó como asesor económico del expresidente, dijo a ABC News que ayudó a dar forma a la agenda de Trump para su segundo mandato.
Una futura administración podría buscar más recortes de impuestos, pero los detalles de tal propuesta siguen siendo inciertos, dijo Moore. “Todo está todavía en discusión, todavía no hay nada decidido”.
En contraste, la actual administración de Biden ha propuesto aumentar los impuestos a los ricos y ha priorizado la expiración de algunos de los recortes impositivos de su predecesor, Donald Trump.
Por ejemplo, una administración Biden podría monitorear de cerca el vencimiento de la deducción fiscal del 20% para ciertos ingresos generados en negocios de transferencia, a través de propietarios individuales. Esta medida resultaría efectivamente en un aumento de impuestos para los propietarios de esas empresas.
Mientras tanto, apuntando a individuos con un alto patrimonio neto, el presidente Biden podría imponer el primero de su tipo en impuestos al patrimonio. El año pasado, la actual administración estadounidense propuso un plan fiscal para 2024 que incluye un impuesto del 25% sobre los activos de las personas con activos netos superiores a 100 millones de dólares. El Sr. Biden dijo que el plan sólo se aplicaría al 0,01% de los estadounidenses.
“Soy capitalista, pero paga lo que te corresponde”, dijo el presidente Biden en su discurso sobre el Estado de la Unión el año pasado.
Es poco probable que el Congreso de Estados Unidos, actualmente dividido sobre el tema, apruebe tal aumento de impuestos, pero el presidente Biden podría intentarlo si es reelegido para un segundo mandato.
¿Quién es mejor?
En materia económica exterior, aunque la campaña de Biden aún no ha delineado una agenda de política comercial para su segundo mandato, su administración ha mantenido hasta ahora una postura dura hacia algunos países considerados conflictivos, como China, al tiempo que promueve acuerdos comerciales con otras economías.
En concreto, el presidente Biden ha mantenido los aranceles impuestos por su predecesor Trump a las importaciones chinas, intensificando la confrontación con la segunda economía mundial mediante medidas de "endurecimiento" adicionales, como la prohibición de exportar chips avanzados al país.
Por otra parte, Estados Unidos ha alcanzado en los últimos años acuerdos comerciales sobre una serie de bienes con economías como Taiwán (China) o su aliado Japón.
En diciembre, la administración Biden también extendió la suspensión de los aranceles de la era Trump sobre el acero y el aluminio procedentes de Europa, pero la Casa Blanca aún no ha establecido un acuerdo permanente para eliminar los aranceles.
En cuanto al expresidente Trump, se espera que intensifique la política comercial confrontativa establecida durante su primer mandato, prometiendo imponer aranceles a la mayoría de los productos importados.
En declaraciones a Fox Business en agosto de 2023, Trump dijo que los aranceles sobre los bienes importados podrían llegar a alcanzar el 10%.
Trump también planea endurecer las restricciones a los productos fabricados en China, incluido un “plan de cuatro años para eliminar gradualmente todas las importaciones esenciales de China”, según una serie de propuestas publicadas en febrero pasado.
En cuanto al tema del empleo y la industria manufacturera, ambos potenciales candidatos presidenciales de Estados Unidos se jactan de ser creadores de empleo y promotores del crecimiento de la industria manufacturera estadounidense. Pero adoptaron enfoques muy diferentes para hacerlo.
La campaña del expresidente Trump presentó su política arancelaria como un medio para proteger a las empresas estadounidenses, garantizando así un mercado laboral fuerte y, a su vez, fortaleciendo las cadenas de suministro nacionales.
«El Sr. Trump quiere que se creen más empleos en Estados Unidos. También quiere que se fabriquen más productos en Estados Unidos», declaró el asesor económico Stephen Moore.
En contraste, la administración Biden ha utilizado herramientas políticas, promulgando leyes federales para atraer grandes fuentes de inversión a las empresas estadounidenses y, de ese modo, impulsar la demanda de mano de obra y empleo.
Hablando en el Club Económico de Chicago la semana pasada, la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, destacó varias medidas promulgadas por el presidente Biden que han atraído inversiones a proyectos centrados en infraestructura, chips de computadora y energía limpia.
“Estas inversiones impulsarán nuestro crecimiento económico y fortalecerán nuestra seguridad económica”, expresó con confianza la Sra. Yellen.
Para muchos inversores del mercado financiero de Wall Street y votantes estadounidenses, la posibilidad de que Trump sea reelegido es alta, porque creen que este empresario multimillonario es capaz de gestionar la economía mejor que el actual presidente Biden. Sin embargo, ha habido muchas controversias sobre las políticas económicas propuestas por el señor Trump.
Nadie puede predecir cómo será la economía de Estados Unidos durante el mandato de un presidente. Se predijo que si Trump era elegido en 2016, Estados Unidos se enfrentaría a un desastre económico, pero la realidad ha demostrado que esa predicción estaba completamente equivocada. En la noche de esas elecciones, los futuros del mercado bursátil estadounidense cayeron precipitadamente, pero el mercado rápidamente revirtió su curso y terminó en verde brillante al día siguiente.
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