La Torre de la Bandera de Hanoi es un símbolo inmortal de la capital, tranquilo pero majestuoso, testigo de muchos altibajos de la historia del país durante más de dos siglos. Construida bajo la dinastía Gia Long en 1805 y finalizada en 1812, esta obra no es sólo una maravilla arquitectónica sino también un testimonio viviente del espíritu resiliente del pueblo vietnamita. Ubicada en los terrenos del Museo de Historia Militar de Vietnam, la Torre de la Bandera de Hanoi se destaca como un faro en el corazón de la ciudad, guiando y marcando muchos eventos heroicos del país.
Esta enorme estructura está diseñada con una altura de 33 m, incluido el asta de la bandera, que mide 44 m, dividida en tres bases robustas y una columna octogonal que se eleva hacia el cielo. Cada nivel base tiene arcos con nombres significativos, como Nghenh Huc dando la bienvenida a la luz de la mañana, Hoi Quang reflejando la luz del atardecer y Huong Minh apuntando hacia la luz. Estos no son sólo nombres simples, sino que contienen una filosofía sobre la armonía entre los humanos y la naturaleza, entre la luz y la oscuridad, entre el pasado y el futuro.
A lo largo de la historia, la Torre de la Bandera de Hanoi ha enfrentado muchos eventos. A finales del siglo XIX, los colonialistas franceses atacaron y ocuparon Hanoi dos veces, convirtiendo el asta de la bandera en un puesto de observación estratégico. Desde aquí, los franceses coordinaron campañas en toda la región de Indochina. El paisaje alrededor del asta de la bandera también cambió con el tiempo cuando se rellenó el lago Tuong, surgieron calles modernas y la zona se convirtió en un cuartel para el ejército francés. Pero a pesar de muchos cambios, la Torre de la Bandera sigue en pie firme, convirtiéndose en un símbolo eterno e inmortal de Hanoi.
Antigua Torre de la Bandera de Hanoi. Foto: Recogida
Cuando Hanoi fue liberada el 10 de octubre de 1954, la Torre de la Bandera de Hanoi volvió a estar adornada con sacralidad y heroísmo. La ceremonia de izamiento de la bandera de ese día se convirtió en un momento inolvidable, cuando la bandera roja con una estrella amarilla ondeó en el cielo de la capital, señalando el día de la independencia y la libertad del pueblo vietnamita. La imagen del ejército victorioso marchando desde las cinco puertas, recibido por decenas de miles de personas, es una hermosa página en el corazón de cada hanoiense. Ese fue el día en que los habitantes de la capital presenciaron por primera vez en muchos años la bandera nacional ondeando orgullosa en lo alto del asta, símbolo de una nación que ha superado todas las dificultades para recuperar la libertad.
La Torre de la Bandera de Hanoi es una obra arquitectónica rica en valor histórico y, al mismo tiempo, un símbolo que despierta orgullo por el glorioso pasado de la nación. La Sra. Hoang Minh Phuong, una residente de Hanoi que vivió esos importantes momentos, todavía recuerda la imagen de la bandera nacional ondeando en el cielo azul profundo, portadora de esperanzas y sueños de un futuropacífico . Esos recuerdos no sólo viven en su corazón sino que se transmiten a muchas generaciones, convirtiéndose en parte indispensable de la historia de la Capital.
Torre de la bandera de Hanoi: símbolo de la capital. Foto: Vnexpress
Después de más de dos siglos, la Torre de la Bandera de Hanoi aún se mantiene alta y majestuosa como un símbolo eterno de patriotismo y resiliencia. A pesar de enfrentar la devastación de la guerra, la dureza de la naturaleza y las vicisitudes de la vida, esta obra aún conserva su valor, convirtiéndose en un símbolo irreemplazable de la capital milenaria. Cada vez que miran la bandera nacional ondeando en lo alto del asta, los hanoisenses y los turistas recuerdan los sacrificios, las dificultades y las hazañas heroicas que han forjado la gloriosa historia del pueblo vietnamita.
Más que una simple obra arquitectónica, contiene preciosos valores culturales e históricos, un lugar para preservar y honrar los recuerdos inolvidables de una nación heroica. En el corazón de Hanoi, el asta de la bandera se mantiene firme, símbolo eterno de orgullo y aspiración a la paz.
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