Carrera hasta la cima de las espinas
El Proyecto de Informe Político del XIV Congreso Nacional del Partido establece metas muy elevadas: en el período 2026-2030, la tasa de crecimiento será del 10% anual o más; El PIB per cápita en 2030 alcanzará unos 8.500 dólares; La tasa de crecimiento de la productividad laboral social alcanzó alrededor del 8,5% anual; El capital de inversión social total promedia alrededor del 40% del PIB durante 5 años.
De este modo, los hitos de convertirse en un país de ingresos medianos altos en 2030 y en un país de ingresos altos en 2045 son muy firmes y consistentes en la próxima etapa de desarrollo.
Los objetivos de desarrollo sin precedentes en la historia demuestran la determinación y la aspiración de Vietnam de alcanzar la prosperidad. Foto: Hoang Ha
En todo el mundo , el grupo de 6 mil millones de países de ingresos medios está en una carrera para alcanzar los objetivos de desarrollo. Muchos países, incluido Vietnam, aspiran a convertirse en países de altos ingresos en las próximas dos o tres décadas.
Sin embargo, la realidad es dura: desde la década de 1990, sólo 34 economías de ingresos medios han tenido éxito. De ellos, un tercio de los países lo son gracias a factores específicos como la adhesión a la Unión Europea o el descubrimiento de petróleo. Otros 108 países (con un PIB per cápita entre 1.136 y 13.845 dólares) siguen atrapados en la “trampa del ingreso medio”.
Desde 1970, el ingreso per cápita promedio de un país típico de ingresos medios se ha estancado en alrededor de 8.000 dólares, o apenas una décima parte del de Estados Unidos.
Desde 2020, ascender al mundo rico se ha vuelto más difícil debido a la creciente carga de la deuda pública, el envejecimiento de la población en los países en desarrollo y el creciente proteccionismo en los países desarrollados…
Dos fórmulas para la prosperidad
Para superar la trampa del ingreso medio, el Banco Mundial ha publicado el informe “Desarrollo mundial 2024: La trampa del ingreso medio” (IDM 2024), que pone el énfasis en la carrera contrarreloj de los países de ingreso medio para reformar el modelo de desarrollo según dos grandes pilares de acción:
En primer lugar , los países necesitan implementar una estrategia de desarrollo por etapas, conocida como estrategia “3i”, que incluye tres fases de políticas consecutivas: inversión, infusión e innovación.
Esta fórmula, en términos simples, implica que cada país debe aplicar secuencialmente diferentes enfoques de política:
(i) En la etapa de bajos ingresos, el país debería centrarse en políticas de promoción de inversiones para construir capacidad de producción básica.
(ii) Al alcanzar el nivel de ingresos medios-bajos, es necesario “pasar” a la estrategia “2i” = inversión + absorción: mantener una inversión elevada, al mismo tiempo que se recibe nueva tecnología del exterior y se difunde ampliamente en la economía doméstica. La absorción incluye la importación de tecnologías, ideas y procesos de negocios modernos desde el exterior y su difusión a nivel nacional para mejorar la productividad.
(iii) En el umbral de ingresos medios altos, el país necesita “cambiar de marcha” nuevamente para ingresar a la etapa “3i” = inversión + absorción + innovación, lo que significa combinar la innovación interna con la inversión y la absorción. En esta etapa, además de seguir tomando prestada tecnología, los países deben comenzar a innovar y a crear para sí mismos, es decir, impulsar la frontera tecnológica global más allá de simplemente seguirla.
Vietnam debería centrarse en el desarrollo de la capacidad tecnológica nacional. Foto: MH
En segundo lugar , el informe sostiene que las sociedades que quieren innovar necesitan equilibrar tres impulsores económicos: creación, preservación y destrucción. Los países deben aprender a controlar los intereses creados que obstaculizan la competencia, recompensar el talento y la eficiencia y aprovechar los tiempos de crisis para impulsar reformas difíciles.
El informe señala que muchos países de ingresos medios fracasan debido a estrategias de desarrollo obsoletas o inoportunas. Demasiados países han dependido durante demasiado tiempo de una sola inversión y se han negado a cambiar su modelo; o por el contrario, apresurarse a promover la innovación sin fundamento suficiente. El resultado es una disminución del crecimiento y un estancamiento. Por lo tanto, se necesita un enfoque nuevo y oportuno: primero, centrarse en la inversión; A continuación, hacer hincapié en la adquisición de tecnología; y, por último, equilibrar la inversión, la adquisición y la innovación.
Además, la sociedad necesita saber cómo armonizar las "fuerzas creativas, conservadoras y eliminadoras" en la economía, es decir, promover factores que creen nuevos valores (creatividad), restringir las fuerzas conservadoras que obstaculizan la competencia y aceptar la eliminación de cosas obsoletas en favor de la innovación.
Implicaciones para Vietnam
El Informe sobre el desarrollo mundial 2024 ofrece muchas lecciones valiosas para Vietnam en su camino para convertirse en un país desarrollado de altos ingresos en 2045.
De hecho, el IDM 2024 hace referencia directa a la Estrategia de Desarrollo Socioeconómico 2021-2030 de Vietnam, que apunta a un crecimiento promedio del PIB del 7% anual durante esta década y aspira a alcanzar el estatus de país de altos ingresos para 2045.
Para que esa visión se haga realidad, Vietnam debe tomar en serio las recomendaciones “3i”. En la actualidad, Vietnam se encuentra en el umbral de ingresos medios bajos, por lo que la estrategia adecuada es pasar de un modelo basado únicamente en la inversión (1i – inversión) a un modelo que también incorpore la adquisición de tecnología (2i – infusión).
Vietnam ha tenido mucho éxito atrayendo inversión extranjera directa (IED) y convirtiéndose en un eslabón importante en la cadena de suministro global en varias industrias (electrónica, textiles). Esta es una buena base para la fase 2i.
Sin embargo, el desafío es cómo ayudar a las empresas nacionales y a los trabajadores vietnamitas a absorber y difundir mejor la tecnología de la IED, evitando que perdure la situación de "procesamiento barato". Vietnam debería centrarse en el desarrollo de la capacidad tecnológica nacional: fomentando los vínculos entre la IED y las empresas nacionales, exigiendo un aumento gradual de las tasas de localización e invirtiendo en educación vocacional y de ingeniería para que los vietnamitas puedan dominar la tecnología. Sólo entonces podrá la economía aumentar su productividad y ascender a niveles de valor más elevados en lugar de quedarse en las etapas de procesamiento y ensamblaje.
Además, Vietnam necesita prepararse para la segunda transición a la fase 3i (innovación) cuando esté lista, posiblemente en la década de 2030. Esto significa sentar las bases para el sistema de innovación ahora: invertir en universidades de investigación, construir centros nacionales de innovación y promover el emprendimiento tecnológico.
Sin embargo, el informe también advierte contra la idea de apresurarse a “quemar el escenario”. En el futuro inmediato, Vietnam debería seguir priorizando la modernización de la tecnología a través de la cooperación y la infusión internacionales, porque aún hay mucho margen de absorción. Sólo cuando hayamos alcanzado el nivel de alta tecnología (ingresando al grupo de ingresos medios altos) podremos acelerar una fuerte inversión en campos líderes a nivel mundial.
En esta hoja de ruta, la disciplina política y el momento oportuno son importantes; como escribe el Informe sobre el Desarrollo Mundial 2024: Vietnam y otros países similares “tendrán que volverse más disciplinados y cronometrar el cambio de una simple estrategia de inversión a una mayor adquisición de tecnología, antes de dedicar grandes recursos a la innovación”.
Sin embargo, para Vietnam, necesitamos aprender una “i” más, que es Implementación. La etapa de implementación es siempre la etapa más débil. Mirando hacia el pasado, hemos tenido muchas buenas resoluciones y grandes aspiraciones, pero hemos fracasado; el ejemplo más claro es el fracaso en alcanzar la meta de industrialización y modernización para 2020. Los objetivos de desarrollo para el período 2026-2030 son muy ambiciosos, pero sin una buena implementación, el éxito será difícil.
En términos de instituciones y entorno empresarial, el Informe sobre el Desarrollo Mundial 2024 sugiere que aún queda mucho por hacer para evitar la trampa institucional del ingreso medio.
En primer lugar, es necesario seguir ampliando el espacio de la competencia, es decir, limitar los monopolios y los privilegios. En Vietnam, el sector empresarial estatal y las empresas clientelistas aún poseen muchos recursos. El informe advierte que englobar a las empresas estatales o favorecer a las empresas “de patio trasero” puede sofocar la innovación y la eficiencia general. Vietnam debería estudiar las experiencias de otros países: hacer transparentes las operaciones de las empresas estatales, privatizar de manera efectiva las empresas que el Estado no necesita mantener y, al mismo tiempo, crear igualdad de condiciones para que el sector privado tenga acceso a industrias que antes eran monopolísticas (electricidad, energía, telecomunicaciones, etc.).
La reforma institucional también incluye mejorar la eficacia de los sistemas jurídicos y judiciales para proteger los derechos de propiedad y hacer cumplir los contratos: factores clave para que las empresas inviertan con confianza a largo plazo e innoven.
Un punto que el informe plantea y que Vietnam debería tener en cuenta es evitar un pensamiento político extremo sobre el tamaño de las empresas. Vietnam cuenta desde hace mucho tiempo con numerosos programas de apoyo a las pequeñas y medianas empresas (PYME). Si bien es esencial apoyar a las empresas emergentes, el apoyo generalizado a las pequeñas empresas (en lugar de apoyar a empresas nuevas e innovadoras) puede reducir la productividad y distorsionar la asignación de recursos. Vietnam necesita distinguir entre “pequeño” y “nuevo”: debería fomentar nuevos negocios con nuevas ideas, en lugar de mantener negocios pequeños pero ineficaces sólo por una cuestión de cantidad.
Al mismo tiempo, debemos reconocer el papel positivo de las grandes empresas: en lugar de discriminar a las grandes corporaciones privadas, deberíamos crear condiciones para que puedan competir de manera justa y expandirse internacionalmente, siempre que cumplan con las reglas del juego. Recompensar el éxito, afrontar el fracaso: las empresas que hacen negocios con eficacia y contribuyen mucho son reconocidas; Las empresas que llevan mucho tiempo perdiendo dinero deberían declararse en quiebra para que los recursos puedan fluir a otras partes.
En términos de desarrollo de recursos humanos, Vietnam es muy valorado por su educación general, pero la educación universitaria y vocacional todavía no logran satisfacer las necesidades de la economía. Vietnam debería reformar la educación superior en una dirección práctica, fomentar la creatividad en lugar del aprendizaje memorístico y atraer talento extranjero.
En particular, Vietnam debería hacer un buen uso de su fuerza laboral femenina, que representa una alta proporción de la fuerza laboral. Aunque Vietnam tiene un buen historial de igualdad de género en la educación y la fuerza laboral, las mujeres aún están subrepresentadas en puestos de liderazgo y sufren algunos sesgos ocupacionales. Permitir que las mujeres progresen, inicien empresas y participen en los campos STEM ayudará a Vietnam a aumentar la productividad y la innovación.
Por último, en materia de medio ambiente y cambio climático, Vietnam se ha comprometido a lograr cero emisiones netas para 2050. Vietnam participa en cadenas de valor globales de energía renovable (como la producción de paneles solares y baterías de almacenamiento) para desarrollar la economía y contar con tecnología limpia nacional. Al mismo tiempo, es necesario reformar la industria eléctrica hacia un mercado competitivo y priorizar las energías limpias.
La reciente decisión de dejar de desarrollar nueva energía a base de carbón y cambiar a la energía eólica y solar es la decisión correcta. Sin embargo, para atraer inversión privada en energía renovable, Vietnam necesita estabilizar las políticas y hacer transparentes los precios de compra de electricidad. La eliminación gradual de los subsidios a los combustibles fósiles también debería implementarse en forma gradual, con apoyo a los pobres para que nadie quede atrás cuando aumenten los precios de la energía.
En resumen, Vietnam puede aprender mucho del informe WDR 2024: desde una transformación estratégica oportuna (de 1i a 2i, hacia 3i) hasta una reforma institucional para crear igualdad de condiciones, mejorar la productividad mediante la adquisición de tecnología y la competencia, y garantizar oportunidades justas para todos. Para evitar la trampa del ingreso medio y alcanzar el objetivo de 2045, Vietnam necesita acelerar e implementar de una manera más sincrónica y drástica.
Vietnamnet.vn
Fuente: https://vietnamnet.vn/cong-thuc-3i-va-khat-vong-viet-nam-thinh-vuong-2392829.html
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