A pesar de muchas afirmaciones de que el poder de Estados Unidos está disminuyendo, el país todavía está por delante de China en la carrera por el dominio en inteligencia artificial (IA).
A pesar de muchas afirmaciones de que el poder de Estados Unidos está disminuyendo, el país todavía está por delante de China en la carrera por el dominio en inteligencia artificial (IA).
Este logro se debe a la capacidad única de Silicon Valley para conectar científicos, empresarios y capital de riesgo. Pero el futuro del dominio de la IA en el siglo XXI por parte de Estados Unidos depende del uso eficaz de una tecnología del siglo XIX: la electricidad.
Enorme demanda energética de la IA
El desarrollo de sistemas de IA avanzados requiere enormes cantidades de energía. El entrenamiento de modelos de IA, como GPT-4, utiliza una gran cantidad de chips de computadora especializados y consume la misma cantidad de electricidad que miles de hogares estadounidenses en un año.
Sin embargo, esta demanda energética enfrenta limitaciones prácticas. La red eléctrica estadounidense, ya lastrada por décadas de inversiones descoordinadas y regulaciones superpuestas, no está preparada para manejar el rápido crecimiento de la IA.
Actualmente, los inversores en energía están esperando desarrollar 2,6 teravatios de nueva capacidad a partir de fuentes eólicas, solares y de almacenamiento de baterías, pero la conexión a la red enfrenta muchas barreras. Desde 2014, la capacidad total conectada a la red se ha multiplicado por ocho, mientras que la infraestructura existente sólo puede satisfacer una fracción de esa demanda.
En Virginia, donde se concentran muchos centros de datos, el tiempo de espera para conectarse a la red puede ser de hasta siete años. Algunos condados del estado han impuesto límites a la construcción de nuevos centros de datos. Estos proyectos se retrasan debido a políticas fragmentadas, procesos de aprobación largos y mecanismos de inversión inadecuados.
Mientras tanto, China ha demostrado ser superior a la hora de implementar rápidamente grandes proyectos de infraestructura. El país puede construir de todo, desde centrales eléctricas hasta líneas de transmisión y centros de datos, a una velocidad increíble. A finales de 2023, China había construido 34 líneas de transmisión de ultra alto voltaje, con una longitud total de decenas de miles de kilómetros, mientras que Estados Unidos no tenía proyectos similares.
China se está poniendo al día tanto en energía como en tecnología.
Si bien las empresas chinas de inteligencia artificial actualmente tienen dificultades para acceder a chips avanzados fabricados en Estados Unidos debido a los controles de exportación, está surgiendo un “mercado gris” para estos chips.
Al mismo tiempo, China también está trabajando para desarrollar chips alternativos nacionales. Si tienen éxito, la capacidad de escalar rápidamente la infraestructura energética permitiría a estas empresas operar grupos masivos de entrenamiento de IA.
Desde el año 2000, China ha multiplicado por siete su capacidad energética. Solo en 2023, el país agregó 355 gigavatios de nueva capacidad, en comparación con solo 29 gigavatios en EE. UU. En la última década, China ha construido más de 30 nuevos reactores nucleares, mientras que Estados Unidos sólo ha añadido tres.
Al darse cuenta del problema energético, las principales corporaciones tecnológicas estadounidenses han tomado medidas. Microsoft firma un acuerdo para utilizar la electricidad de un reactor nuclear fuera de servicio en sus instalaciones de Three Mile Island. Google invierte 20.000 millones de dólares en proyectos de energía renovable cerca de nuevos centros de datos.
Sin embargo, para satisfacer la enorme demanda de IA, muchas empresas han tenido que utilizar energía procedente del carbón y el gas, lo que afecta negativamente los objetivos de reducción de emisiones de carbono y a las comunidades vecinas.
Soluciones para el futuro
Es evidente que el problema energético requiere un enfoque integral por parte del Gobierno. El sistema energético de Estados Unidos necesita modernizarse y ampliarse con tecnologías limpias como la solar y la nuclear. Las políticas y regulaciones también necesitan cambiar para acelerar el proceso de aprobación de proyectos importantes.
Estados Unidos ha afirmado la importancia de los semiconductores a través de la Ley CHIPS y los controles de exportación para fortalecer la economía de la IA. Ahora el país necesita una estrategia similar para su infraestructura eléctrica. Una nueva agencia, como un acelerador de energía, podría ser la solución para agilizar procesos y promover proyectos de energía limpia.
La electricidad no es sólo un servicio público, sino la base de la era digital. Si Estados Unidos quiere mantener su liderazgo en IA, es imprescindible realizar una fuerte inversión en su sistema energético.
Según VNA
Fuente: https://doanhnghiepvn.vn/cong-nghe/cong-nghe-tu-the-ky-19-de-doa-vi-the-dan-dau-ai-cua-my/20250102093610638
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