Luchando desinteresadamente de esa manera, ¿quién dice que Xuan Son no es un 'guerrero de la estrella dorada'?

Anoche, cuando las luces del Estadio Rajamangala se apagaron, todavía no podía olvidar la imagen de Nguyen Xuan Son cayendo al campo. Ese niño de ojos marrones y cabello negro ha llenado de emoción los corazones de decenas de millones de vietnamitas.

En el momento en que Xuan Son cayó al suelo, con su pierna derecha doblada por el dolor, los aplausos se detuvieron, el espacio en el Estadio Rajamangala pareció congelarse, todo quedó en silencio.

Me sentí como si algo me estuviera presionando el pecho. Y entonces, las lágrimas no pudieron contenerse, cayeron en silencio, gota a gota.

En ese momento, el tiempo pareció detenerse, millones de vietnamitas parecieron estar inmersos en su propio dolor.

Nguyen Xuan Son se entregó hasta el punto de rasgarse la camisa y romperse los huesos por el equipo vietnamita.

Una grave lesión en la espinilla impidió a Xuan Son seguir compitiendo, pero sé que su espíritu en ese momento era más fuerte que nunca.

Tumbado en la camilla, a pesar del dolor, seguía mirando hacia sus compañeros y al público. Esa mirada era como un mensaje: "¡Sigue adelante, no te rindas!" Obviamente, esa mirada no era sólo la de un jugador, sino la de un verdadero guerrero, que nunca se rinde.

Aunque no pudo quedarse y luchar hasta el último momento, el sacrificio de Xuan Son encendió un fuego de entusiasmo en sus compañeros de equipo. Lucharon no sólo por la bandera, sino también por Xuan Son, por su compañero que había caído dolorosamente en el campo.

Al elegir Vietnam como su segunda patria, Xuan Son no solo demuestra su intenso amor por el país sino que también muestra su compromiso incondicional. Luchó como un verdadero ciudadano vietnamita, con todo su corazón, para llevar orgullo y esperanza a sus fanáticos.

Los fanáticos empujan un carrito para llevar a Xuan Son al avión para regresar a casa para el tratamiento de su lesión.

Sus imágenes fueron luego ampliamente compartidas en las redes sociales. Le enviaron millones de palabras de agradecimiento y aliento: "¡Gracias Xuan Son!", "¡Eres nuestro héroe!", "¡Te deseamos una pronta recuperación!"... Sé que estas no son solo simples palabras de aliento, sino también el profundo amor y gratitud que cada vietnamita siente por él.

Puede que una lesión lo haya mantenido temporalmente fuera del campo, pero su espíritu seguirá vivo en los corazones de sus fanáticos. Se ha convertido en un icono, una llama brillante en el corazón del fútbol vietnamita. La imagen de Xuan Son, con sus ojos resilientes, será una fuente inagotable de inspiración para las futuras generaciones de jóvenes jugadores.

Y cuando el equipo vietnamita subió al podio para recibir sus medallas, no se olvidaron de llevar la camiseta número 12 de Xuan Son, como muestra de gratitud. Ese momento me hizo emocionarme, más orgulloso que nunca de un equipo que no sólo luchó por la victoria, sino también por profundos valores humanos.

La final de la Copa AFF 2024 será para siempre una victoria histórica, pero más que eso, es un testimonio del sacrificio, el amor y la lealtad del pueblo vietnamita, como Xuan Son.

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