El doctor Vu Duc Thinh, del Departamento de Cirugía Digestiva del Hospital de la Amistad Viet Duc, dijo que el niño fue llevado al hospital el 31 de marzo con dos marcas de mordeduras en el cuello que supuraban saliva. Esto plantea preocupaciones sobre daños profundos a órganos vitales como la tráquea y el esófago.
Inmediatamente los médicos ordenaron una tomografía computarizada para evaluar toda la lesión. Afortunadamente la tráquea no estaba afectada, pero la endoscopia mostró dos perforaciones en el esófago. Si no se trata a tiempo, el niño puede experimentar complicaciones peligrosas como mediastinitis (infección del área entre los dos pulmones), sepsis o fístula esofágica prolongada. Inmediatamente, los médicos ampliaron la herida, controlaron el daño y realizaron una gastrostomía para alimentar al bebé a través de una sonda, dándole tiempo al esófago para recuperarse.
Además, aunque el perro haya sido vacunado contra la rabia, los médicos aún no pueden descartar por completo el riesgo de infección por rabia. Por lo cual, el paciente fue consultado con epidemiólogos e inmediatamente se le inyectó tres dosis de suero antitoxina, una dosis de vacuna rabia, continuó siendo monitoreado e inyectado con el esquema completo para garantizar su seguridad.
Previamente, según la familia, el niño se encontraba jugando con el perro cuando de repente fue mordido en el cuello. Como esta mascota había sido criada durante mucho tiempo y vacunada contra la rabia, la familia se mostró complaciente y no llevó al niño al hospital de inmediato, sino que continuó viviendo normalmente en casa.
No fue hasta la hora de comer, cuando el bebé masticaba y tragaba, que la familia descubrió que salía saliva y comida de la herida en el cuello. En ese momento el bebé fue llevado a urgencias.
Actualmente, tras la intervención quirúrgica y el tratamiento intensivo, el bebé se encuentra fuera de peligro y continúa bajo seguimiento y cuidados.
Los médicos recomiendan que ante la mordedura de un perro o cualquier animal el paciente:
Desinfectar inmediatamente: Lavar la herida con agua y jabón durante al menos 15 minutos, luego desinfectar con alcohol o solución antiséptica.
No sea subjetivo incluso si la herida es pequeña: incluso si la mordedura no sangra mucho, las bacterias o los virus de la saliva del animal aún pueden penetrar y causar una infección profunda.
Acuda a un centro médico de inmediato: especialmente en caso de picaduras en zonas peligrosas como la cabeza, la cara, el cuello, los brazos y las piernas. Se requiere la vacunación contra la rabia y pruebas exhaustivas si hay signos de infección.
Vigile al animal que muerde durante 10 a 14 días: si el animal muestra algún signo inusual, notifique al médico inmediatamente para un tratamiento oportuno.
Fuente: https://baophapluat.vn/be-gai-11-tuoi-bi-thung-thuc-quan-vi-con-vat-thuong-thay-trong-nha-post544999.html
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