El canto Chau Van, una de las formas de arte asociadas con el culto a las Diosas Madres y al Santo Tran, conlleva valores culturales y espirituales únicos. Este género no es sólo una expresión de arte sino también un eco del corazón humano en espacios sagrados, donde las creencias se mezclan con melodías profundas.
Hat Chau Van nació de las necesidades espirituales y religiosas del pueblo, una combinación armoniosa de música , literatura, danza y ritual. Las canciones a menudo hablan de los méritos de los dioses y transmiten lecciones sobre la moralidad y la humanidad. La letra es simple pero profunda, la melodía cambia flexiblemente según cada estado emocional, creando un atractivo que ninguna otra forma de arte popular puede igualar. El espacio de actuación suele ser templos, santuarios y altares, cubiertos por la luz mágica de velas, incienso y sonidos de instrumentos musicales tradicionales. En ese entorno, las personas parecen estar conectadas con el mundo invisible, encontrando consuelo y apoyo espiritual.
En el ritual Chau Van, cada personaje asume un papel distinto pero están estrechamente vinculados entre sí. El bronce, el sirviente santo, es el centro de la ceremonia, asistido por músicos, cantantes y sirvientes. Todos se unen para formar un todo unificado donde la música y el ritual se fusionan, llevando a las personas a través de estados emocionales sublimes. El vestuario y los accesorios de los artistas también expresan la identidad regional, reflejando la riqueza y diversidad de la cultura vietnamita. La meritoria artista Tran Thi Hue, jefa del Templo Tien Huong, Comuna Kim Thai (Vu Ban), practica el ritual Chau Van. Foto: BaoNamDinh
Sin embargo, esta forma de arte corre el riesgo de desaparecer y distorsionarse. La comercialización, los cambios que no son fieles a la identidad tradicional y el abuso en algunos espacios inapropiados han desvanecido el valor sagrado inherente. Algunas manifestaciones desviadas, como vestimentas no estándar, la celebración de ceremonias en lugares no sagrados o el cobro excesivo de impuestos, han hecho que Hat Chau Van pierda gradualmente su respeto. La escasez de artesanos, los “tesoros vivientes” de esta forma de arte, es también uno de los mayores desafíos. A medida que los artesanos envejecen sin una generación sucesora capaz, el arte de Chau Van corre el riesgo de verse interrumpido.
Ante esa situación, muchas localidades, especialmente la provincia de Nam Dinh, han hecho esfuerzos para implementar medidas para preservar y promover el valor de Hat Chau Van. La creación de clubes de canto como el Club Hanh Thien o el Club de Canto Nam Dinh Chau Van ha contribuido a mantener las actividades culturales comunitarias, al tiempo que crea oportunidades para que los artistas compartan y enseñen experiencias. Los programas educativos extracurriculares combinados con visitas a sitios históricos como Phu Day y el Templo Tran han ayudado a la generación más joven a acercarse a Hat Chau Van. A través de estas lecciones, los estudiantes no solo aprenden más sobre la cultura sino que también desarrollan un sentido de apreciación por el patrimonio.
El Sr. Dang Vu Tran Nha siempre se esfuerza por transmitir el antiguo arte de cantar Chau Van a las generaciones futuras. Foto: BTB
La conservación no se puede lograr sin una conexión estrecha entre la comunidad y el gobierno. Es necesario honrar y apoyar a los artesanos para que continúen su papel como puentes entre el pasado y el presente. Al mismo tiempo, el sector cultural también necesita desarrollar programas de capacitación formal e introducir el Hat Chau Van en la enseñanza en las escuelas culturales y artísticas. Ésta es la manera de garantizar que este patrimonio se transmita de forma sostenible, más allá de la comunidad y se difunda en el ámbito internacional.
Desde una perspectiva artística, Hat Chau Van es una convergencia de muchos materiales folclóricos, desde las melodías del Delta del Río Rojo hasta la música de cámara folclórica, desde las melodías tradicionales Cheo hasta la influencia de las canciones folclóricas regionales. Una rica orquestación, variaciones únicas y transiciones han creado el atractivo especial de esta forma de arte. Hat Chau Van no es sólo un medio para conectar a las personas con los dioses, sino también un lugar para preservar y difundir los valores culturales tradicionales.
Preservar Hat Chau Van no es sólo responsabilidad de los artistas, sino también tarea de toda la sociedad. Todos los ciudadanos deben ser claramente conscientes del valor del patrimonio, considerando la preservación de Hat Chau Van como una forma de expresar el orgullo por la cultura nacional. Cuando los valores tradicionales se preservan y promueven adecuadamente, el patrimonio vivirá para siempre en los corazones de la nación y se convertirá en un puente sólido entre el pasado y el futuro.
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