No dejes ir a la gente talentosa.
La racionalización de las nóminas y la reestructuración del aparato son requisitos inevitables en el proceso de reforma administrativa y modernización de la función pública. Sin embargo, junto a incentivar la jubilación anticipada de cuadros, funcionarios y empleados públicos cuando ya no son aptos para las exigencias de la innovación, hay que prestar especial atención a una cuestión vital: retener a la gente con talento, a la gente con altas cualidades, capacidades y dedicación.
En la práctica, en cada período de transformación, muchas personas con capacidades sobresalientes, pensamiento innovador y buenas habilidades de gestión -que son activos valiosos del sistema- pueden optar por abandonar el sector público por muchas razones: el ambiente de trabajo no es motivador, las oportunidades de desarrollo son limitadas, el mecanismo de evaluación es injusto o el trato no es proporcional. Sin políticas suficientemente fuertes para retener a gente verdaderamente excelente, el riesgo de "fuga de cerebros" del sector público al sector privado o al exterior es completamente real. Y cuando la gente buena se va, no sólo perdemos recursos humanos, sino también visión, experiencia y creatividad: los factores decisivos para el desarrollo sostenible del aparato estatal.

Hay que afirmar que: fomentar la jubilación anticipada no significa “sustituir mecánicamente lo viejo por lo nuevo”. Las personas talentosas, dedicadas y capaces deben seguir estando en el centro del proceso de formación de equipos. Retener a la gente con talento no es sólo una responsabilidad, sino también una manifestación de una administración que sabe valorar a la gente con talento, sabe crear condiciones para que la gente buena pueda trabajar, contribuir y desarrollarse.
Para ello, en primer lugar, es necesario establecer un mecanismo transparente y científico de evaluación del personal, que utilice como medida la eficacia real, para distinguir claramente entre aquellos que no cumplen los requisitos y aquellos a quienes es necesario retener. Junto con ello, es necesario mejorar la calidad de la formación y el desarrollo, crear oportunidades de aprendizaje, promoción y asignación de trabajo digno a personas con cualidades destacadas.
Igualmente importante es la mejora de las políticas de remuneración, los regímenes de salarios y bonificaciones, los beneficios y el reconocimiento oportuno -lo suficientemente competitivos con el sector privado- para que la gente talentosa no sólo "quiera quedarse", sino que también "se sienta orgullosa de contribuir" al sistema de servicio civil. Al mismo tiempo, debemos construir un ambiente de trabajo verdaderamente profesional y justo que respete las capacidades individuales, donde se escuchen las nuevas ideas, se honren las contribuciones creativas y se valoren debidamente los esfuerzos genuinos.
El recién emitido Decreto Nº 179/2024/ND-CP sentó inicialmente las bases para un mecanismo para incentivar que los talentos sigan trabajando en el sector público. El Decreto estipula específicamente criterios para identificar personas talentosas, políticas de tratamiento especial, mecanismos de nombramiento flexibles y entornos de trabajo transparentes, creando condiciones para que las personas talentosas puedan promoverse y desarrollarse. Sin embargo, para retener verdaderamente a la gente talentosa, es necesario implementar reformas más drásticas y flexibles que sean apropiadas para cada industria, cada localidad y cada trabajo específico, para asegurar que las políticas sean sustanciales y no se limiten sólo a la política o la forma.
Retener a la gente talentosa, no sólo para asegurar el funcionamiento eficaz del aparato, sino también para difundir la inspiración de la dedicación, fomentar el orgullo por el servicio público y construir una administración fuerte, donde la gente talentosa siempre tenga un lugar para mostrar su talento y nunca se sienta perdida en el sistema que está contribuyendo a construir.
Equilibrar la innovación y mantener los pilares
En el proceso de construcción de una administración moderna, creativa y de servicio, cada cuadro, funcionario y empleado público juega un papel importante, contribuyendo al desarrollo integral del país. Jubilarse voluntariamente de forma anticipada cuando ya no se es apto para los requisitos del puesto es una decisión valiente, que demuestra sentido de responsabilidad y conciencia profesional. La política de racionalización del aparato estatal es una medida correcta y humana, que crea oportunidades para la innovación y el rejuvenecimiento de la fuerza laboral, al tiempo que reconoce y respeta las contribuciones del pasado.
Sin embargo, racionalizar no significa “eliminar todo”. Para lograr una reforma sostenible, se debe prestar especial atención a retener a las personas talentosas, es decir, a individuos con capacidad, cualidades y aspiraciones para servir, mediante políticas de remuneración razonables, un entorno de trabajo justo y mecanismos de desarrollo claros. Solo cuando la racionalización se combina con un uso adecuado, Vietnam puede construir un aparato administrativo racionalizado, eficaz y eficiente que sea verdaderamente para el pueblo y para los objetivos de desarrollo sostenible del país en el nuevo período.
Fuente: https://daibieunhandan.vn/bai-cuoi-khong-chi-la-ky-thuat-quan-tri-ma-la-tam-nhin-chinh-tri-post410120.html
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